martes, 21 de febrero de 2017

¿Espectadores o consumidores de Cultura?

¡BUENOS DÍAS!

En el ecuador de febrero y con una pequeña tregua en las bajas temperaturas invernales es el momento idóneo para aprovechar al máximo estos días del mes mes más corto del año.

Esta semana vengo con un artículo que considero de gran interés y relevancia y el cual espero que podáis no solo leer y reflexionar que es el principal objetivo sino compartirlo para que pueda inducir a la reflexión a cuantas más personas mejor. Vamos a ello amigos.

El sector cultural es un ámbito de gran interés social y político que a lo largo de los últimos años ha ido adquiriendo gran importancia en la sociedad, cobrando un peso mayor y siendo uno de los ejes principales de transmisión y difusión de cultura. Podríamos definir el sector cultural como el conjunto de disciplinas culturales y estas podrían dividirse en cuatro ámbitos a destacar; Artes EscénicasArtes Visuales, Literatura y Artes Plásticas. Aunque en este tema en concreto existen distintas contrariedades a la hora de establecer cuáles son las ramas que componen el sector cultural ya que aún a día de hoy sectores como el de los videojuegos, la moda, los viajes, la gastronomía entre algunos otros tienen partidarios y detractores a la hora de considerarlos como fuentes culturales. También el conflicto deriva por las propias industrias culturales ya que se tiene en mente que si una práctica o producto cultural es vendible, consumible y exportable y existe un mercado propio para ello debe considerarse parte del sector cultural. 

El concepto de industrias culturales no es nuevo, el teórico Adorno comenzó a utilizarlo en 1948 refiriéndose a las técnicas de reproducción industrial en la creación y difusión masiva de obras culturales. Más de medio siglo más tarde se observa que los modos de crear, producir, distribuir y disfrutar de los productos culturales se han ido modificando extraordinariamente. A raíz de la industrialización del mercado y por ende de la cultura pasa a un segundo plano el valor cultural de la creación y quedan relegados artistas y arte, la viabilidad mercantil se convierte en la indiscutible protagonista y por tanto la que rige no solo el sector cultural sino las propias políticas culturales. Pasando de una denominada cultura de mecenazgo a una cultura de mercado, de ahí que sea en el siglo XX cuando la profesionalización de la cultura crea propiamente dicho un mercado cultural y el desarrollo cultural se convierte en capital en nuestra sociedad.

Lo que está claro es que hay una visible dualidad entre creadores y economistas, podríamos decir que surge a raíz de la aparición del concepto de economía creativa que entiende la creatividad como ventaja comparativa para el desarrollo de los negocios y da lugar al concepto de industrias creativas que tienen potencial de producir riqueza y empleo a través de la explotación de diversos productos y prácticas culturales. Surge la necesidad por tanto de que artistas y economistas convengan en aunar criterios y fuerzas y es cuando la importante figura de los gestores culturales cobra una gran relevancia. Los gestores culturales deben ser camaleónicos y tienen un perfil muy dinámico y completo ya que convergen entre el artista y el mercado, vinculan la dimensión cultural con la economía y el mercado al mismo tiempo que velan por la protección de derechos, la propiedad intelectual y articulan políticas para promocionar y difundir el sector cultural y así potenciar el impacto económico de la cultura.

Por ello es necesario y conveniente ser críticos y reflexivos en nuestro papel de espectadores culturales siendo esencial discernir la necesidad e importancia del sector cultural en nuestra sociedad y en nuestra propia individualidad.

Disfrutar mucho y ser muy FELICES =)

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Quien no añade nada a sus conocimientos, los disminuye


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